Presentamos una forma distinta de hacer un solomillo de cerdo, un poco complicada pero que queda deliciosa. La panceta le ayuda a mantener la jugosidad y le añade sabor a la carne, y el relleno queda francamente sabroso.
Podemos hacerlo con solomillo de cerdo normal, aunque nosotros conseguimos tanto el solomillo como la panceta de cerdo ibérico, y quedó riquísimo.
Ingredientes:
un solomillo de cerdo de 300 gr. 4-5 lonchas de panceta 100 gr. de espinacas 15 gr. de nueces peladas 7 gr. de pasas sin semillas 1 rebanada de pan de molde sal pimienta un huevo
Elaboración:
El solomillo lo limpiamos con un cuchillo bien afilado, para quitar las telillas y grasa que pueda tener.
Abrimos el solomillo primero por le mitad, sin llegar muy al final del grosor, luego lo abrimos por los lados que nos han quedado mas gruesos también sin llegar a la base. Ahora con ayuda de un plástico de cocina y el rodillo lo aplanamos un poco para que quede más igualado.
Las espinacas las lavamos bien y las salteamos con un poco de aceite y sal, justo hasta que pierdan el agua, y las reservamos.
En un bol ponemos el pan sin corteza y desmigado (se puede hacer fácilmente con las manos), las nueces picadas y las pasas. El huevo lo batimos y lo incorporamos al bol junto con las espinacas, le añadimos sal y pimienta y lo mezclamos todo bien.
El solomillo lo colocamos en una tabla con las lonchas de panceta sin corteza debajo, como se ve en la fotografía. Extendemos sobre el mismo el relleno, presionando para que se quede bien en la carne.
Una vez tengamos la mezcla extendida hacemos un cilindro enrollando el solomillo, cerrándolo por los extremos con sus propias puntas, luego lo rodeamos con la panceta, y terminamos atándolo muy bien con hilo de cocinar.
Colocamos el solomillo relleno sobre una parrilla, encima de una cazuela de barro si se tiene y si no pues en lo que tengamos, con tal de que no quede en contacto con el fondo.
Lo llevamos al horno (precalentado a 180 ºC) y lo tenemos sobre una hora o hasta que veamos que esta bien hecha: si la pinchamos nos tiene que parecer que entra fácil el pincho.
Pasamos la carne a una tabla y, después de que se enfríe un poco, le quitamos la cuerda para cortarlo en lonchas gorditas. Reservamos.
Lo que había quedado en el fondo de la fuente lo desglasamos con un poco de vino blanco (o un Jerez un poco dulce) y lo espesamos en una sartén con un poquito de Maizena express. Reservamos esta salsa caliente.
Recalentamos la carne un poco en el horno, y emplatamos en platos bien calientes con la salsa.
Nosotros lo acompañamos, además de con su propia salsa, con una mermelada de mandarina casera que le iba estupendamente.
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Dificultad: complicado
T. Preparación: 30 min.
T. Cocción: 1 hora