Otra receta de una tapa que se ve en muchos bares de nuestra geografía, y que podemos hacer fácilmente en casa (aunque lleva su tiempo, pero compensa). Y con la ventaja de que podemos congelar los que nos sobren, para más veces...
Esta forma de rellenar los mejillones es bastante común, la principal diferencia según zonas es mezclar la bechamel con el relleno o simplemente cubrirlo con la misma. Aunque el nombre de Tigres ya es más dudoso, pues en algunos sitios llaman así a los mejillones en salsa de tomate picante.
Ingredientes:
1 Kg. de mejillones 50 cc. vino blanco seco 2 cucharadas de aceite de oliva 1 cebolla grande 1/2 pimiento verde de cocinar (unos 50 gr.) pimiento rojo (igual cantidad que de verde) 2 cucharadas colmadas de salsa de tomate 1/2 cucharadita de pimentón de la Vera picante
para la bechamel: 130 cc. del agua de los mejillones 200 cc. de leche 60 gr. de mantequilla 60 gr. de harina
para el empanado: 1 huevo harina pan rallado
nota: nosotros muchas veces utilizamos mejillones de los que vienen ya cocidos y envasados al vacío, con una o dos de las conchas. Así nos saltamos el primer paso de cocción, y -según cuales- hasta la limpieza previa, pues están suficientemente limpios.
Elaboración:
Lo primero será limpiar las conchas de los mejillones un poco, para quitarles las barbas pegadas y esas cascarillas blancas que tienen algunos, poniendo especial interés en las de los más grandes (calcula como la mitad), de forma de poder usarlas luego para el relleno.
Una vez limpios los ponemos en una cazuela grande y abrimos los mejillones al vapor. O sea: tapados y con el vapor del agua que suelten ellos mismos. Podemos revolver cuando veamos que se empiezan a abrir para que se abran más por igual, y no hay que dejarlos mucho, lo justo hasta el momento que se abren todos (aunque no estén muy abiertos), para que no se resequen. Ya abiertos y un poco fríos separamos los mejillones y colamos el agua que hayan dejado, para usarla luego.
Quitamos la carne de las conchas, cortando con un cuchillo bien afilado para que no quede nada de carne pegada en las mismas, y quitamos las barbas que estén en la carne, mirandolo bien. Como he dicho, nos quedaremos con la mitad de las conchas más o menos (unas 24-26). Como el tamaño puede variar, y estar más o menos llenos, calcularemos que para que vayan bien con el resto de ingredientes usaremos unos 250 gr. de carne limpia de mejillón.
Picamos bien todas las verduras, y la teoría es picarlas muchísimo para que luego no se noten. Aunque aquí nuestro truco es cortarlas en media juliana muy fina (que no da mucho trabajo pero así se hacen más rápido) y luego pasarlas por el pasapuré en la rejilla gruesa, y quedan perfectas.
Haremos la cebolla a fuego vivo en el aceite durante 1 minuto. Añadimos el vino y cuando se ha evaporado un poco incorporamos el resto de verduras. Dejaremos a fuego lento hasta que estén muy blandos, posiblemente más de 1 hora. Vamos añadiendo agua de los mejillones según se sequen, hasta un total de 100cc.
Mientras tanto, vamos haciendo 1/3 de litro de salsa bechamel para croquetas, sustituyendo en la receta original unos 130 cc. de leche por agua de los mejillones. Este truco nos dará muchísimo más sabor a la bechamel.
Una vez bien ablandadas las verduras, rectificamos de sal (estarán ya algo saladas al haber echado agua de los mejillones), añadimos la salsa de tomate y el pimentón, damos un hervor, y pasamos por el pasapurés grueso (si hace falta). Añadimos la carne de los mejillones muy picaditos, y damos un último hervor todo junto de 2-3 minutos.
Finalmente incorporamos la bechamel y mezclamos muy bien. Retiramos del fuego y dejamos enfriar un rato. Rellenaremos los mejillones bastante colmados, sin dejar enfriar mucho la masa, y procurando que quede la superficie lisa.
nota: al mezclarlo todo queda como una masa de croquetas, pero con muchísimo más relleno. A nosotros nos gusta más así y es más cómodo de preparar y de comer, pero como alternativa en algunos sitios ponen una cucharada del relleno en cada concha y luego se napa con la bechamel. El resto es exactamente igual: tú decides.
Ya frescos pasaremos la fuente a la nevera, hasta que estén bien fríos del todo y podamos terminar de preparar nuestros tigres. Los pasamos por harina, huevo batido y pan rallado, exactamente igual que unas croquetas (pero solo por el lado de la masa, no por la concha).
Ahora podríamos congelar los mejillones rellenos ya listos para freír: primero los ponemos en una bandeja separados, y los metemos en el congelador. Una vez duros los pasamos a una bolsa etiquetada, y los guardamos para otras veces (no hace falta descongelarlos para usarlos).
A la hora de comer, freírlos en aceite bien caliente hasta que se doren, sacarlos poniéndolos en una fuente con papel de cocina, con el frito hacia abajo para que deje el exceso de aceite. Servir los tigres inmediatamente para comerlos bien calientes.
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Dificultad: normal
T. Preparación: 1 hora 30 min.
T. Espera: 1 hora
T. Cocción: 5 min.