Muy distinta del pesto verde, pero con un aroma común inconfundible debido a la albahaca y el queso parmesano, ésta salsa nos acompañará a muchos platos: por supuesto a cualquiera de pasta, pero también a la pizza y a carnes a la plancha o guisadas, o incluso pescado azul.
Además si te gusta el picante (como a nosotros) encontrarás que realza y da una alegría muy especial a los platos.
Ingredientes:
6 hojas grandes de albahaca 25 gr. de piñones naturales 1 diente de ajo mediano 25 gr. queso parmesano rallado 75 cc. aceite de oliva virgen 3 tomates secos en aceite (unos 50 gr.) 4 aceitunas negras 3 cucharadas superas de agua 2 guindillas de cayena (si gusta picante)
Elaboración:
Escurrimos bien los tomates del aceite y los troceamos ligeramente. El aceite en que vienen se puede usar para el plato, al menos la mitad de la cantidad dada, pues le aportará sabor.
Quitamos el hueso a las aceitunas y también las picamos un poco, igualmente el ajo lo pelamos, quitamos el germen, y cortamos en trozos.
En el vaso de una picadora o procesador de alimentos incorporamos todos los ingredientes salvo el queso, el aceite y el agua. Una vez todo bien picado añadimos el agua y casi todo el aceite (dejamos un par de cucharadas). Una vez emulsionado quedará una pasta bastante espesa, que sacamos a un bol, donde incorporamos el queso revolviendo con una cuchara.
Esta salsa no suele necesitar de añadir sal, pues entre la que lleva el tomate, las aceitunas y el queso queda bien en su punto. Aunque mejor la pruebas y decides.
Si no vamos a usar la salsa de inmediato, la ponemos en un bote, cubrimos con el resto de aceite, y cerramos. Así la podemos guardar en la nevera hasta 2 semanas sin problemas.
Dependiendo el uso que vayamos a dar a nuestro pesto rojo lo usaremos tal cual: por ejemplo para acompañar carne, o incluso untar en tostas. Pero si es para un plato de pasta lo podemos diluir con unas cucharadas del agua de cocerla.
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Dificultad: facil
T. Preparación: 15 min.