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Un plato sencillo y bastante clásico. Aunque admite una elaboración más moderna (y ya pondremos la receta) en éste caso hemos optado por una larga cocción que da otro toque y otro sabor al plato.
Lo bueno es que este plato mejora de un día para otro con lo cual se puede dejar cocinado de antemano ya que reposados están más sabrosos. También aceptan muy bien congelar y tener las raciones de chipirones encebollados listas para cuando no queramos cocinar y sí darnos un gusto :)
Ingredientes:
1 kilo de chipirones
3 cebollas
2 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
8 cucharadas de aceite de oliva virgen
Sal
Elaboración:
Una vez bien limpios los chipirones de piel y tripas (y dejados dada la vuelta, rellenos con sus patas) los secamos un poco y los vamos salteando en una cazuela, pocos a la vez y con fuego fuerte, solamente para dorarlos. Los vamos sacando a un plato cada tanda, es un procedimiento que hay que hacer poco a poco para que se doren bien y no suelten liquido.
Cuando estén todos, los dejamos reservados en el plato y cortamos la cebolla en 1/2 juliana, poniéndola a hacer en esa misma cazuela (si se necesita se añade un poco más de aceite). La dejamos unos 10 minutos, añadimos el ajo picado y lo dejamos hacer todo hasta que se hayan ablandado y cojan un color ligeramente dorado.
A continuación introducimos en la cazuela los chipirones, le añadimos el vino blanco y tapamos, dejando que se haga todo a fuego suave durante 1 hora o 1 hora y media. A media cocción añadimos la sal que precisen (con cuidado, que se resalan fácil).
Una vez terminado y bien meloso el conjunto controlamos el punto de sal y servimos los chipirones encebollados muy calientes. Aunque, como digo, mejor de un día para otro para que se integre y coja más sabor el conjunto.
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Dificultad: normal
T. Preparación: 30 min.
T. Cocción: 1 hora