Ahora que comienza la temporada de espárragos hay que aprovecharla. Como dice el refrán "los de abril para mí, los de mayo para el amo, los de junio para ninguno".
Si conseguimos unos buenos espárragos blancos naturales (fundamental que sean bien frescos, si son navarros mejor) podemos degustar un plato natural y exquisito sin nada más. En vez de cocerlos como es habitual los haremos muy suave a la plancha, con lo cual conservarán todo su sabor y nos sorprenderán por lo especiales que quedan.
Ingredientes:
8 espárragos blancos bien frescos, no excesivamente gruesos aceite de oliva virgen extra sal de Guerande o Maldon
Elaboración:
Notar ante todo que estamos hablando de espárragos blancos, que son bastante más duros que los verdes. Si quieres hacer espárragos verdes a la plancha, ten en cuenta que no necesitan pelar y además se harán en la mitad de tiempo (aquí tienes una receta).
Lo primero siempre es pelar bien los espárragos. Con el pelapatatas les quitamos capas de piel, mientras los sujetamos por la punta, y pelando de un poco más atrás de dicha punta hasta la base para que así salga más cantidad de abajo. Deberemos seguir pelando hasta que veamos la carne limpia del espárrago, sin esos tonos nacarados que delatan que todavía queda zona fibrosa. Finalmente cortamos con un cuchillo el extremo del tallo, y si lo notamos duro al corte, volvemos a cortar más arriba.
Calentamos la plancha a fuego medio y la mojamos ligeramente con aceite. Echamos los espárragos ya pelados y lavados, lo más juntos posible, y bajamos a fuego muy suave (al 2-3, de 10).
Tapamos la plancha con una tapadera e iremos dando vuelta a los espárragos cada 5 minutos, salándolos por ambas caras al cabo de 2 o 3 vueltas. Hay que conservar el fuego muy bajo para que no tomen mucho color, y se vayan haciendo un poco como al vapor.
Necesitarán fácilmente 1/2 hora o algo más hasta que estén hechos: tiernos pero no blanduzcos, quizás un poco al dente alguna zona, ligertamente dorados (aunque no requemados), y muy sabrosos y con plenitud de aromas y jugo, al no haberlos perdido en el agua de cocerlos como es habitual.
Los podemos comer recién hechos, simplemente solos, y es una delicia gastronómica, pero también con un poco de buena salsa mahonesa o una vinagreta ligera.
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Dificultad: normal
T. Preparación: 20 min.
T. Cocción: 30 min.