Esta receta tiene su origen en un restaurante muy conocido de Madrid, siendo copiada por mucha gente. Aunque nosotros la hemos hecho un poco a nuestra manera y con distintos ingredientes (y más que te contaremos en la explicación).

El nombre le viene por 2 detalles de vagancia: por un lado que utiliza patatas chips de bolsa en vez de fritas caseras y por otro que no se le da la vuelta, así que no hay opción a desarmarla al hacerlo, controlando el punto de cuajado según nos guste de jugosa.

Como estamos en enero y ahora lo que nos apetece es comer verduritas, ponemos otra receta con calabacin: lo que hemos hecho es una tortilla de calabacin en lugar de patata, alegrándola con un poco de chorizo.

El resultado ha sido de lo más rico, y una forma diferente de comer calabacin. Si te animas a hacerla, que no da nada de trabajo, verás qué buena queda :).

Creo que todo el mundo sabe hacer una tortilla francesa, o al menos puede ser capaz de intentarlo sin ayuda de ninguna receta. Pero pocos se plantean poner un poco más de complicación en esta receta, aunque sea añadirle un poquito de queso o jamón picado.

Por eso me he decidido a poner mi variación particular de la tortilla a las finas hierbas, porque seguro que doy ideas a muchos de cómo un plato simple se puede elaborar de forma fácil para subirlo de nivel.

Este es uno de mis sandwiches preferidos para una cena informal, y que más éxito ha tenido entre quienes lo han probado, por sabroso y diferente.

El truco de hacer el huevo frito, en vez de en tortilla como en muchos sandwiches, para que se impregne todo el contenido de la yema cuando la rompamos, da un resultado espectacular.

Presentamos nuestra versión de un clásico revuelto. Donde se conjugan los sabores potentes del bacalao con los especiales aromas del hongo, para realizar un plato francamente gustoso, pero sencillo y al alcance de cualquiera.